Mercadotecnia: Principio y Fin del Diseño

18 febrero 2018

Aunque a muchos de nosotros -profesionales del Diseño en cualquiera de sus ramos, y desde luego no sólo del gráfico- no nos guste admitir de buena gana, por razones que de verdad escapan a mi comprensión, la Mercadotecnia es sin duda principio y fin de toda nuestra labor. Para poder entender cabalmente la relación interactual entre ambas áreas académico-profesionales, es necesario primero entender que la Mercadotecnia, dentro del amplio abanico de herramientas con las que cuenta para cumplir todos los objetivos que se plantea comercialmente hablando en torno a un sujeto social, deberá apoyarse en mayor o menor medida -dependiendo el producto, servicio y situación concreta que se enfrente- en el Diseño, concebido como el recurso de comunicación más importante con el que llevará a cabo la gran mayoría de las tareas relacionadas con la persuasión.

 

En este sentido es necesario comprender que el Diseño depende necesariamente de toda la información que la Mercadotecnia recaba a través de todos sus instrumentos de investigación, y que más adelante deberá ser el cimiento de toda estrategia de comunicación que se emprenda. Entre muchas otras variables particulares de cada proyecto en específico, la Mercadotecnia aporta principalmente invaluable información en torno al consumidor y el mercado al cual éste pertenece, la cual representa a la postre, un eje guía fundamental que habrá de conducir todas y cada una de las tareas de diseño. Aquel comunicador visual que obvia esta información tan indispensable, ignora en consecuencia la razón misma que motiva cualquier ejercicio de comunicación en primer lugar. El receptor -en este caso en su calidad de consumidor- es sin duda alguna, variable nodal para la configuración de cualquier mensaje visual.  Desde luego que la información que se desprende a partir de la Mercadotecnia y que resulta relevante para la labor del diseñador, no única y exclusivamente se circunscribe al mercado, pues existen otras variables igualmente valiosas que deben ser consideradas de forma cuidadosa a lo largo de todo el proceso de diseño, por ejemplo: la evaluación detallada de la competencia, la comprensión del proceso de comercialización en el punto de venta, e incluso variables estrictamente comerciales -si se les puede llamar así- como por ejemplo los procesos de distribución o incluso de fabricación de los diferentes bienes.

 

Por último, el resultado final en cifras duras a partir de la implementación de cualquier esfuerzo de comunicación visual, resulta directamente de la valoración de las ventas del producto o servicio; en conclusión, si no se vende y se “vende mejor”, el diseño en última instancia, ha fracasado.