El 2022 y lo que va del 2023, los consumidores hemos padecido un golpe inflacionario que no se veía probablemente desde la década de los ochentas; de forma paralela, prácticamente en todos los medios de comunicación, tanto tradicionales como digitales, no cesamos de escuchar acerca este tema. Sin embargo existe otro flagelo igual o incluso peor que el del alza de precios; se trata del desplome escandaloso en la calidad de prácticamente la mayoría de los bienes que compramos, y de la marca que sea.